Osvaldo Adrián Alderete siente que toca el cielo con las manos. El jinete tucumano de 26 años está a punto de cerrar lo que fue su mejor temporada, tanto en lo deportivo como en lo personal. “Estoy muy feliz por todo lo que me pasó en este 2013. Sin dudas fue mi mejor año. El que más carreras gané desde que estoy radicado en Buenos Aires; me adjudiqué tres Grandes Premios y fui papá por primera vez. ¡Qué más puedo pedir!”, contó “Fleco” en el arranque del diálogo telefónico con LG Deportiva.
En la jornada internacional más prestigiosa de Sudamérica, que se corrió recientemente en el Hipódromo de San Isidro, el jinete nacido en el barrio Lola Mora ganó una de las principales competencias. “Fue lo máximo que me pudo pasar. Triunfar en el Unzué, el día que se corre el Pellegrini, es algo único. Ese día los ojos de todo el mundo turfístico están puesto en San Isidro. Le tenía mucha confianza a Venerancia, a pesar de que había rivales que ya me habían ganado”, cuenta el piloto que debutó en 2004 en el “Jardín de la República”. “El primer caballo que corrí fue El Naturalista y terminé tercero. Esa misma reunión gané con Noche Alegre. Fue algo muy lindo”, recuerda el jinete que egresó de la Escuela que dirige Luciano Polizzi.
Duro desafío
“Fleco” llegó a Buenos Aires en 2008, con una mano atrás y otra adelante. “Lo único que tenía asegurado era el stud donde vivir. Después debía remarla. A pesar de haber corrido y ganado en Tucumán, estuve un año en la Escuela de San Isidro. Debuté como aprendiz y en nueve meses me gradué de jockey. Fue todo muy rápido y la familia Sueldo fue clave en todo esto”, cuenta, haciendo referencia a los entrenadores Marcelo y Héctor Sueldo, responsables de la preparación de la mayoría de los ejemplares que monta en “las luces”. “Ellos siempre confiaron en mí. Muchas veces, los propietarios o los cuidadores buscan un jockey que figura entre los top ten para correr un Gran Premio. Sin embargo ellos me respaldaron y se la jugaron por mí. Por suerte todo salió bien”, agregó.
A la hora de hacer un balance de los nueve años de profesión, Alderete siente que está viviendo un sueño. “Cuando arranqué, el mundo del turf era algo nuevo para mí. A pesar de que siempre viví cerca del hipódromo, hasta los 14 años nunca había ido. Cuando entré en la Escuela mi sueño era poder correr y luego ganar algunas carreras. A medida que fue pasando el tiempo, los objetivos fueron cambiando. Es como cuando jugás al fútbol. Primero lo haces en las inferiores y después, cuando debutás en Primera, querés ser transferido a Boca o River. Este año cumplí muchos de mis objetivos, pero aún creo que puedo lograr otros más”, indicó el jinete que el 5 de julio de este año fue papá por primera vez. “El nacimiento de Mateo me cambió la vida. Es el Gran Premio más importante que gané. Me ayudó a madurar y a ver todo desde otra óptica. Toda mi familia me está apoyando permanentemente en esta dura profesión. Desde mis padres y mis hermanos que están en Tucumán, hasta mi señora Johana Pinillo. Ella es un buen estandarte, porque está pendiente de lo que puedo o no comer para dar con el peso en cada carrera”, explicó.
Aunque el presente le sonríe en Buenos Aires, “Fleco” no deja de pensar en sus pagos. “Extraño mucho Tucumán. Cada vez que voy, me cuesta muchísimo poder volver. Soy muy familiero y me gusta reunirme con mis amigos. Acá el ritmo de vida es muy distinto. Prácticamente no hay tiempo para el rélax. Se trabaja todo el día. Es la única forma de lograr los objetivos”, concluyó.